Expertos optan por la moderación y surgen voces que piden ajustes en la estrategia jurídica y comunicacional
“La corte no puede pronunciarse o no puede obligar a Chile a arribar a un resultado predeterminado”, dice Andrés Jana.
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Leer de manera "cuidadosa" y "con calma" el fallo de La Haya es la primera recomendación que hacen los expertos al explicar los alcances del veredicto de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que rechazó la postura chilena que argumentaba la incompetencia del tribunal frente a la demanda boliviana por una salida soberana al mar.
Es que ante el contundente 14 contra 2, la sensación fue que el país había sufrido una rotunda derrota, pero en los hechos no sería tan así. Si bien la corte se declaró competente para revisar la búsqueda de negociación de Bolivia con Chile, no se pronunció sobre el resultado de dicho diálogo, lo que explicó la benevolencia con que las autoridades nacionales salieron a enfrentar el tema ante la ciudadanía.
En esa línea, el académico y asesor jurídico de Chile en La Haya, Andrés Jana, explica que "la corte limitó la demanda boliviana como una en la cual la corte no puede pronunciarse o no puede obligar a Chile a arribar a un resultado predeterminado y esa era la demanda boliviana".
Y respecto a la posición en que queda el país frente al fallo, agrega que "en último término, lo que está pasando es que la demanda boliviana, queda en una mera obligación de negociar".
Por lo mismo, Jana asegura que Chile está en una mejor posición porque el reclamo de la administración de Evo Morales ha sido reducido o limitado por la corte a uno que únicamente se refiere, en el peor de los casos, a la mera obligación de negociar.
"En términos jurídicos, estamos significativamente mejor que lo que estábamos frente a una demanda que lo que pretendía era una obligación de resultados", sostiene.
La académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Paz Milet, recuerda que en el país se había instalado una visión más bien "realista" respecto de que sólo había un 25% de posibilidades de que la corte acogiera la objeción preliminar impulsada por las autoridades, y que si bien ahora habrá que continuar con el juicio -lo que podría demorar un par de años-, ello significa ir al fondo del asunto, pero a "un fondo bastante más limitado por la misma corte. Limitación que también tiene que asumir Bolivia", advierte.
Es más, la experta en relaciones vecinales destaca que nuestro país "tiene ahora posibilidades de argumentar e ir al fondo".
Un fondo que -insiste Jana- "el mejor resultado para Bolivia es que tenemos que sentarnos a negociar".
Posición derrotada
Más severo respecto del resultado logrado por Chile ayer ante La Haya es el también académico del IEI de la casa de Bello y experto en política exterior latinoamericana, Gilberto Aranda, quien admite que "no nos fue bien" y que la táctica desplegada fue poco eficaz.
"Chile interpuso un procedimiento y no le fue bien. Uno puede decir que fue útil para ganar tiempo, pero la verdad es que fue poco eficaz. La argumentación de Chile con relación a La Haya, de que no tenía competencia para ver el caso, esa posición fue derrotada", dice el experto.
De ahí que advierte que dado lo sucecido, y el largo proceso que se abre, debiera ser entendido también como una invitación a "revisar el tipo de estrategia jurídica y sobre todo política que Chile ha esgrimido durante este período".
"La próxima vez la corte va a emitir una sentencia definitiva de si Chile tiene la obligación de entablar un proceso de negociación de buena fe que concluya con algún tipo de acceso soberano. Y, en esa ocasión, ya no vamos a tener otras opciones, entonces este es el momento de hacer ajustes, cambios en el tipo de defensa que Chile ha estado esgrimiendo", dice, subrayando que ante lo que fue la experiencia con Perú, "los fallos de La Haya no son solamente conforme a derecho sino que además entran a pelear elementos políticos y las personas que están a cargo del proceso tienen que entenderlo".